Limpio, límpido y brillante. Color amarillo con reflejos dorados. Muy agradable a la vista.
La nariz es fresco, tiene notas cítricas de piel de naranja confitada, envueltas por notas de hinojo y hierbas de sotobosque mediterráneo.
En boca se muestra equilibrado, seco, estructurado, llena todo el paso por boca, con la singularidad de un toque salino que lo hace particular, y heredero de la zona que lo ha visto nacer, que en cada trago nos devuelve a su paisaje de mar y arena. El final de boca es tensado y vibrante. Sin mostrar fatiga a pesar del largo envejecimiento, sigue ofreciendo el recuerdo de piel de cítricos, salinidad y hierba aromática.
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Està entre els tres millors blancs que tinc més bon record de tast. Els altres són Edith de Cellers d’en Guilla a l’Empordà i Cérvoles de Celler Cérvoles a Costers del Segre. Cal dir que el 90% del vi que tasto és català i que m’agraden els blancs amb criança.
Tornant al vi, ho té tot. Criança mesurada, frescor, un final llarg i agradable... És complet. És territori pur. Gran feina la que fan en Quim Batlle i companyia. Visca la Pansa Blanca d’Alella amb criança! Felicitats!