Cultivare Blanco

• Calendario de añadas
• Tipo: Blanco Crianza
• Capacidad: 0,75 L.
• Graduación: 12,0º

• País: España
• D.O: D.O. Penedès
• Variedades: Xarel·lo
• Alérgenos: Contiene sulfitos

Color

Amarillo pálido con reflejos verdosos. Limpio y cristalino brillante.

AROMA:

Aromas de melocotón, piña, notas florales y de hierba seca combinadas con tenues notas de madera, vainilla, tostados de su fase de estancia en barrica.

GUSTO:

Sabroso, perfumado en el paladar, de buena estructura y equilibrio, acidez y con un final muy largo que le da una gran personalidad, notándose la crianza, persistente. Vino con carácter, sensaciones untuosas, graso, glicérico.

Recomendado para arroces caldosos, pescado blanco al horno, bacalao y mariscos a la plancha. También con risottos de boletus, ahumados y quesos azules. Temperatura de servicio entre 8 y 10º C.

Desde el 1865 la familia Domènech ha trabajado con pasión las tierras del Penedés para obtener el mejor fruto de los viñedos. Francisco José Domènech (1839-1909) fue el impulsor de la tradición vitivinícola en la familia y el primero en buscar la perfección en las cosas bien hechas. En 1974 la familia Doènech Vidal adquiere nuevos viñedos para satisfacer las demandas del mercado. Una de estas fincas es Masia Freyé, un lugar de retiro y fuente de inspiración para la familia Domènech Vidal. En el 2012 los vinos de la bodega se renuevan y se presentan bajo la marca "Domènech Vidal" "Cultivare de Domènech". Vidal es mucho más que un vino, mucho más que un nombre, que una marca... Es una nueva manera de hacer, de pensar y de entender la viña y el vino. Cultivare es la interpretación de su entorno natural desde la vertiente más creativa que hace que cada botella sea única y especial. El Land Art o Arte de la Tierra es un movimiento artístico que utiliza materiales naturales como las piedras, hojas o tierra para hacer creaciones artísticas. Para elaborar las nuevas etiquetas del Cultivare se ha instalado en medio de una viña de Vilobí del Penedés una "máquina natural" de diez metros construida para la ocasión. Un centenar de ramas de vid han actuado de pincel para pintar cada una de las etiquetas al ritmo del viento. Con una paleta de colores diferenciada para cada variedad, el movimiento de las ramas hace de cada etiqueta una obra de arte única. De este modo, Cultivare ha hecho de la expresión artística del Land Art un momento único para vestir un vino único con una etiqueta única.

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