Saber cuánto puede llegar a durar un vino en óptimas condiciones para su consumo es una cuestión importante a tener en cuenta para cualquier enófilo y muy especialmente para aquellos que tienen una pequeña bodega.
El asunto es complejo, ya que el vino puede evolucionar a mejor o a peor con el paso del tiempo en función de las condiciones en las que se ha conservado, el proceso de elaboración y otros muchos factores.
Desde que el vino se embotella y hasta que está listo para ser disfrutado puede mejorar durante un tiempo. El momento óptimo de consumo es cuando ha alcanzado su madurez u equilibrio máximos. A partir de ese momento comienza a deteriorarse, pierde fuerza y puede llegar a avinagrarse.
CONSERVACIÓN SEGÚN LA TIPOLOGÍA DE VINO
Aunque cada vino tiene su propio ciclo de vida, es posible hacer unas aproximaciones generales sobre la duración máxima de una botella a partir del momento que la guardamos en nuestra bodega, siempre teniendo en cuenta que se conserve en las condiciones adecuadas.
En términos generales, el vino espumoso de calidad, el vino blanco joven, el vino tinto joven o de cosecha y el vino rosado se conservan en buen estado entre 1 y 3 años como máximo. Cuando el vino blanco es de crianza en madera puede llegar a durar hasta 5 años.
Cuanto más tiempo haya permanecido el vino en barrica, mayor será su ciclo de vida. Así, el vino tinto de crianza tiene una vida algo mayor, que puede llegar hasta los 6 años; el vino tinto de reserva se conserva hasta 8 años y un gran reserva puede durar 10 o más años, dependiendo de sus características.
Con todo, como la conservación del vino no es una ciencia exacta la única forma de saber si una botella está en su momento óptimo de consumo es descorcharla y probarla.
A partir del momento en que descorchamos y degustamos el vino nos surge la duda de cuánto puede conservarse el vino una vez abierto.
Desde el momento que se abrimos una botella comienza a producirse un proceso de oxidación. El oxígeno en pequeñas dosis ayuda a que el vino envejezca pero cuanto más tiempo pasa en contacto con el aire peor evoluciona. Además, muchos de los componentes del vino se volatilizan.
La principal recomendación es utilizar una bomba de vacío para extraer el aire de la botella y conservarla bien tapada en el frigorífico, siempre en posición vertical. El frío hace que el proceso de oxidación sea más lento.
En líneas generales, el vino blanco, el vino rosado y el vino tinto envejecido duran unos 3 días. El vino tinto joven dura hasta una semana porque se oxida con mayor lentitud al contener más taninos.
Finalmente, un vino espumoso no se debe conservar más de un día o día medio, siempre con un tapón especial para este tipo de vinos.
¿Ahora tienes claro los tiempos de conservación del vino?